Este jueves a las 19:00 hrs les invitamos a una ponencia del Doctor en Filosofía Maurizio Candiotto (Italia). La ciencia galileana de la naturaleza tiene como guía una idea de conocimiento uniforme para muchos sujetos, todos igualmente capaces de percibir, razonar y tomar la posición del observador desinteresado. Eso supone una idea de la psiquis como "instrumento" de conocimiento.
El desarrollo de la ciencia de la naturaleza física ha procedido en paralelo, en el siglo XX, al desarrollo de la ciencia de la naturaleza psíquica, es decir de la sicología como ciencia experimental. Edmund Husserl, en su obra La Crisis de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental, se enfrenta tanto a lo uno como al otro de estos dos desarrollos, porque tienen una relación muy profunda, aún escondida. Ya el proyecto de una ciencia de la naturaleza física presuponía una psiquis capaz de conocimiento objetivo e impersonal, uniforme para todos; el nacimiento de una ciencia de la psiquis es el complemento de aquel proyecto: la sicología cognitiva ambiciona conseguir un conocimiento objetivo de la psiquis misma, del ´instrumento´ mismo del conocimiento.
Husserl se enfrenta a los problemas epistemológicos planteados por la sicología cognitiva. En los anos treinta esta no era todavía efectiva, pero el filósofo alemán comprendía muy bien su líneas de desarrollo futuro: el enfoca su atención hacia las «paradojas de la sicología», es decir el circulo vicioso en que se encuentra la filosofía del conocimiento cuando una ciencia empírica entre otras se ve confiada la tarea de justificar la validez de las ciencias empíricas en su conjunto, incluyendo a si misma. Hoy hay todavía muchos epistemólogos que no se preocupan nada de este circulo vicioso y quieren una «epistemologiía naturalizada», como la llama Williard van Orman Quine
El diagnóstico de Husserl, y después de su alumno Heidegger, es que toda la atención de la ciencia se enfoca hacia el ente (el ente psíquico en la sicología, el ente físico en la ciencia galileana) sin considerar la manifestación del ente, su maneras de manifestarse, su ser como fenómeno. Estas maneras de manifestarse dejan implícitas, como si fueran incluso demasiado conocidas. Por lo contrario, cuando el pensamiento investiga, como lo hace el fenomenólogo, la manifestación misma, no hay riesgo de caer en las paradojas de la sicología cognitiva, porque tanto la naturaleza física como la psiquis son comprendidas como fenómenos, y la validez del conocimiento de esos entes es comprendida como un rasgo de su manifestación misma, y no como un hecho a explicar por otros hechos. Esta es la diferencia fundamental entre la epistemología fenomenológica y la epistemología naturalizada.
Pero Heidegger opina que la fenomenología de Husserl misma comparte un planteamento sicológico, porque se refiere a las operaciones por las cuales tenemos experiencia de los objetos - cognitivos, estéticos, sociales. El desarrollo de estas operaciones sería un proceso sicológico, y entonces la fenomenología sería incluida, aún sin saberlo, en el proyecto de la ciencia occidental que investiga el ente (en este caso, el ente psíquico) y olvida su manifestación, lo que Heidegger llama el ser del ente.
La fenomenología de Husserl, y todavía más la sicología fennomenológica nacida de ella, compartirían - es lo que piensa Heidegger - el mismo proyecto de investigación del ente psíquico, y entonces la misma ocultación del ser. Podría parecer obvio que la sicología fenomenológica sea una investigación del ente psíquico, pero no es obvio que sea una occultación del ser, es decir que sea una sicología en el sentido en que Heidegger usa esta palabra.